Veigalobos 2018
Hoy os acercamos la cata en ‘premiere’ del vino Veigalobos 2018, un proyecto que ve la luz de la mano de Bodegas Granbazán al amparo de la D.O. Rías Baixas.
Un vino que recibe su nombre de la finca de procedencia, ya que se elabora como monovarietal Albariño procedente de la Finca Cobas de Lobos, que se ubica a orillas del río Umia.
Un vino con una producción limitada a 2667 botellas.
En este proyecto, Bodegas Granbazán buscaba presentar un vino con la mayor tipicidad de la Albariño con un toque de complejidad y profundidad en su cata que lo hicieran único. Para ello comienzan su elaboración con una criomaceración de 4 días a lo que le sigue una fermentación en depósitos inox con los hollejos donde reposa 26 meses tras esta y hasta que es embotellado.
Un Alariño muy diferente a lo que estáis acostumbrados, dejándonos ya en vista un color amarillo ocre, muy intenso cromáticamente hablando, brillante y limpio, donde se percibe que estamos ante un Albariño de gran complejidad y evolución, que se aleja de los amarillos pajizos Albariños jóvenes, del año, sin crianza.
La nariz, con intensidad alta, es muy compleja, pero a la vez muy varietal. Mucha fruta pero, claro está, madura por su crianza, manzanas amarillas, melocotones maduros, fruta de hueso como albaricoques con toques dulces. La carga floral está muy presente con aportes a geranios, incluso a rosas. La crianza enfatiza especias como orégano, tomillo, con un fondo que une un toque herbáceo, salino, mineral. Un equilibrio aromático fantástico, muy diferente como en vista a los Albariños del año.
La boca, aunque compleja, no queda exenta de un ataque fresco, que deja paso a un vino con buena untuosidad (fruto de la crianza), sabroso, elegante, con una acidez muy presente que le ayuda a dejarnos en el paladar un vino con gran estructura, enorme persistencia y un final muy largo. La salinidad que aparecía en nariz vuelve a aparecer en boca, tan habitual en estos vinos atlánticos como son los Albariños pero, en este caso, la vivacidad de la juventud de esos vinos se cambia por la increíble profundidad de sensaciones.
Sin duda este Veigalobos 2018 en esta su primera añada nos deja un vino espectacular, Albariño diferente, de gran complejidad, estructura y potencial de crecimiento, con lo cual nos gustaría volver a catarlo en unos meses para ver si excelente recorrido y crecimiento en botella.
Un vino que tras su cata se merece la calificación de Excepcional, llegando a una puntuación de 95 puntos.
José Luis del Campo
José Luis del Campo. Sumiller. Asesor online de bodegas. CEO en Socialmedia Network.