Vinos de paraje de Bodegas Peique, expresión de la Mencía en sus diferentes terroirs
Hoy os acercamos la presentación los vinos de paraje de Bodegas Peique que elabora en el Bierzo, con la Mencía como máxima expresión, pero donde las particularidades de cada paraje en los que se ubican los distintos viñedos en cuanto a suelos, orientaciones y horas de luz, hacen que la misma uva, con la misma elaboración, pueda ofrecernos en su cata perfiles muy diferentes.Lo primero es indicar que los ‘vinos de paraje’ es el fruto de una clasificación de los vinos dentro de esta Denominación de Origen que lleva funcionando apenas unos años y, aunque van aumentando las bodegas que elaboran vinos dentro de esta nueva clasificación, los que os acercamos hoy son primeras añadas de estos vinos.
Los vinos que os acercamos hoy son El Rapolao 2019, Matalospardos 2018 y Cova de la raposa 2018, cada uno de un paraje diferente que le da el nombre a cada vino. Todos los parajes ubicados en la localidad de Valtuille de Abajo.
Todos los vinos coinciden en que proceden de una altitud que se sitúa entre los 520 y 550 metros, de viñedos de 80 años de edad, con 1/3 de uva con raspón y el resto despalillada, pisado tradicional, fermentación espontánea en barricas abiertas de roble francés de 500 litros, donde pasa finalmente una crianza de alrededor de 12 meses.
Como diferencias, encontramos que El Rapolao 2019 (paraje El Rapolao), tiene un suelo de arcilla roja con orientación noroeste, dejando una uva más fresca, con mayor toque de juventud.
Tanto el Matalospardos 2018 (paraje Matalospardos), como El Cova de la Raposa 2018 (paraje Cova de la Raposa), presentan un suelo en el viñedo con presencia de arcilla con piedra y canto rodado pero, mientras el primero está en una loma que a ambos lados nos deja una orientación este-oeste, el segundo presenta en su totalidad orientación este. Esto hace que las horas de luz en ambos parajes deje uvas diferentes, todas ellas Mencía, que nos dejan catas de los vinos bastante distintas también.
El Rapolao 2019
Producción de 400 botellas. Es el vino que muestra la juventud de la Mencía mejor de los tres (cierto es que es del 2019). Frescura, mucha fruta, con la complejidad de la madera que, con el empleo de las barricas usadas, se busca que influya lo menos posible en el carácter de esta varietal. Y lo consigue a la perfección. Con una crianza en meses similar a los otros vinos, se muestra más vivo en la cata, fresco, afrutado, muy buena acidez y con la complejidad justa para que no ‘se coma la fruta’. Un perfil de vino más del corte de los bebedores actuales, donde prima la fruta aunque tenga crianza en madera.
Matalospardos 2018
Producción de 500 botellas. Es el vino que presenta una elaboración más de ‘estilo tradicional’ tras su cata. Más potente, más con la madera presente, la fruta se conjunta muy bien y ambas van de la mano. Con unos reflejos en movimiento algo más rojizos que el anterior, en el que se percibían muy bien aun toques violáceos de la juventud de la fruta, presenta una extracción de color muy parecida a El Rapolao, dejando en ambos casos una capa media, limpia y brillante. Intensidad en nariz media-alta. Fruta, con toques de madurez muy suaves. Ataque potente, bien de acidez, taninos presentes, puede que incluso aun por terminar de afinar. Gran persistencia y final largo. Más del estilo de los tintos con barrica elaborados hasta el 2010.
Cova de La Raposa 2018
Producción de 500 botellas. Es el más complejo de los tres en cuanto a que evoluciona muy bien en su cata al oxigenarse y conserva puntos de los dos anteriores; por un lado, la frescura de la Mencía está muy presente, no tanto como en El Rapolao; por otro, presenta una muy buena estructura en el paladar, con taninos presentes bien trabajados (incluso algo más suaves que el Matalospardos). Intensidad en nariz bastante alta, mucha fruta roja, mineral de fondo, aportes balsámicos en nariz. Ataque muy fresco en boca, pero con carácter. Amplio al paso. En vista es algo más subido de color que los dos anteriores con una capa ya bastante alta, muy brillante y limpio. Un auténtico disfrute.
Tres vinos de paraje diferentes que, a pesar de ser misma uva, misma elaboración, misma zona, misma edad del viñedo (viñas de 80 años) y mismo tiempo de crianza en barricas, dejan unas catas distintas con sus peculiaridades y diferencias que los dejan a los tres, en sus perfiles, como vino de calificación Excelente.
Los tres se muestran como grandes vinos con capacidad de guarda en botella de años, algo que es muy interesante.
Sin duda una gran oportunidad para poder comprobar la riqueza y tipología de vinos que nos podemos encontrar en El Bierzo aun siendo en su origen y elaboración similares.

José Luis del Campo
José Luis del Campo. Sumiller. Asesor online de bodegas. CEO en Socialmedia Network.