Cápsula varietal: Conocemos el mundo de la Prieto Picudo, viajando a tierras de León

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Conocemos la Prieto Picudo

Conocemos la Prieto Picudo

Cápsula varietal: Conocemos el mundo de la Prieto Picudo, viajando a tierras de León

Cuenta la Leyenda del Páramo que, entre la niebla, crece una flor en la vides. Prieto Picudo la llaman.

Desconocida, humilde y honesta que, como sus gentes, forja leyenda, leyenda de singularidad y proeza.

La Prieto Picudo es una de las principales uvas tintas de los vinos de la Denominación de Origen León. También la podemos encontrar de la DOP tierras de Benavente.

Conocemos la Prieto Picudo

Es una variedad con mucha materia colorante, con una acidez notable y con gran cantidad de azúcar y taninos. Una uva con una intensidad aromática ciertamente elevada y destacable, cuyas características principales son las de aportar a los vinos elaborados a partir de ésta aromas a frutas del bosque, con una presencia notable de fresa, así como sutiles fondos florales.

En boca son vinos muy persistentes, con gran amplitud, gracias en parte a su elevada acidez natural y a una graduación alcohólica que está entre 13 y 14% de volumen, que no es poco.

Con ella se elaboran rosados (cosa desconocida por algunos profesionales) y al contrario más conocidos y habitual en los consumidores y enófilos de la región.

Y, por su puesto, no debemos olvidarnos en ningún momento de los vinos tintos.

Pero como dijo Jack, esta frase si la conocemos todos ‘vamos por partes’.

LOS ROSADOS

Los rosados de Prieto Picudo cuentan con una larga tradición en estas tierras leonesas.

Se elaboraban en cuevas subterráneas donde se creaba el micro-clima ideal para aplicar la técnica del (madreado) o (madreo), que consiste en añadir racimos enteros al mosto.

Fijaros ya de la peculiaridad milenaria que estos vinos todos ellos ya de por sí atesoran y atesoraban.

El proceso es básicamente simple. Los enteros racimos sufrían y sufren una fermentación intracelular que desprenden CO2 a través de su piel y se disuelven con el mosto.

Esta técnica aporta al vino rosado, creando una fina (aguja natural ) y potenciando su color y aromas.

Ósea, singularidad finura y distinción por los cuatro costados.

Los vinos rosados ​​tienden a mostrar aromas de fresa y frambuesa con toques de melocotón, cítricos y flores.

LOS TINTOS

La variedad muy aromática le da un color intenso a sus vinos, más que la mayoría de las otras variedades cultivadas en Castilla y León. A veces se compara con Tempranillo.

Prieto Picudo da unos vinos tintos con muchos taninos, presentan una buena acidez y responden bien a las crianzas de roble. Hace vinos tintos que son intensos en términos de color y sabor, mostrando sabores de grosella, mora y regaliz. Estos vinos a menudo tienen notas minerales (un rasgo común a muchos vinos de la D.O. León), así como vainilla y tostadas donde se ha utilizado el roble.

A día de hoy son muchas más las bodegas y vinos que ofrecen una experiencia organoléptica y enoturística de calidad, sí optáis claro está por descubrir y disfrutar de estos singulares y magníficos vinos pisando, como se suele decir habitualmente, el terreno.

Por supuesto, sin lugar a dudas este humilde Padawan os lo recomienda ya que será una experiencia inolvidable recorriendo las tierras de León y de Zamora.

Y como me gusta a mí decir, y empieza ya a ser habitual.

Pronto mucho más y mejor.

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