Versos en cada copa: El encanto de los vinos argentinos, un tango a media luz siempre al amanecer
El encanto poético de los vinos Argentinos. Cual tango bailado al amanecer.
En las vastas extensiones del horizonte Argentino, donde la tierra besa el suelo y las hijas se
entrelazan con el sol, nace una sinfonía organoléptica de olores y sabores que cautiva los sentidos.
Los vinos Argentinos, cual poema etéreo y profundo, despliegan siempre toda su magia en cada copa, una especie de tango al amanecer que transporta al Amante del vino a mundos de emociones
inexploradas.
Hablar de los vinos Argentinos es hablar fundamentalmente de tres palabras: Malbec, Tinto y Mendoza.
Desde los valles incandescentes de Mendoza, donde la vid se alza como un guardián altivo, hasta las llanuras infinitas de la Pampa, donde la brisa danza en complicidad con todos y cada uno de los racimos.
La geografía Argentina teje y ha tejido siempre a lo largo de los siglos un tapiz de contrastes y matices.
Montañas escarpadas majestuosas cual titanes se alzan casi hasta tocar las nubes.
Y es allí, justamente allí en las alturas de lo mágico casi celestial, donde la viña unida a la altitud se convierte en un pincel celestial para acariciar sus vinos con una delicadeza única y maravillosa.
Aquí en esta elevación maravillosa, las uvas maduran con una intensidad que sólo el amor y la mano del hombre es capaz, junto y en esa altitud pueden generar tal milagro.
Es en esta danza cósmica constante donde la Malbec alcanza y encuentra su expresión más sublime.
Soberana entre las soberanas de los viñedos Argentinos, despliega siempre su vestidura púrpura con orgullo.
Cual melodía en constante evolución…
La Malbec con su fruto siempre envuelve el desde hace mucho tiempo el paladar.
Mientras que su taninos seductores a la vez acarician sin astringencia los paladares más exquisitos y gustosos del mundo del vino después de su reposo en noble madera.
Los jóvenes Malbec siempre despliegan frescura y vitalidad, cual joven alma de este bendito globo.
Más aún así si lo deseáis podéis profundizar mediante este enlace que os dejo más abajo,y más en profundidad sobre esta variedad.
Escrito articulo por humilde servidor hace tiempo.
Donde conoceréis tal bella doncella y os sorprenderá segurísimo su inicial natal procedencia.
Pero no debemos de olvidarnos de la llanura, pues posee ella en si mismo una dulzura en toda su generosa extensión.
Siendo un deleite para la vista y un paraíso natural para la viña, contemplar un mar de viñas transformando el paisaje en un manto de verdor que se pierde en el horizonte es saber sin lugar a dudas que estamos también en Argentina.
Suelos fértiles y un clima venebolente, abrazan a diario el tierno sol mientras crecen con alegría y desparpajo nuestro bendito fruto.
Esa es la magia de la Pampa, esa es la magia de Argentina, aire puro sol y fértil tierra.
Es en esta planicie maravillosa donde serena los vinos Argentinos se llenan a raudales de frescura a diario en si mismos.
Creando el contrapunto perfecto y melodioso con las ya citadas alturas anteriormente majestuosas.
Entre los viticultores y Enologos Argentinos, la pasión por el vino es siempre una llama que arde sin descanso en sus corazones.
Son sin lugar a dudas, y como los describe y le gusta nombra y calificar a servidor;
Los poetas de la vid.
Dedicados siempre a este enser en lo mejor de cada racimo y crear y creando su mágico néctar, vinos inigualables repletos a raudales de una contemporánea visión.
Allí donde la tierra el respeto la sabiduría son canalizadas por el espíritu de la mismísima naturaleza, siempre se crea ( hacerme caso) poesía líquida dentro de toda botella.
Los vinos Argentinos conquistan siempre al son y por puro merecimiento los paladares más exigentes de los cuatro cardinales puntos.
Estando siempre presente en los mejores restaurantes, y llenando nuestras Enotecas de arte puro.
No debemos olvidar que son, y por los mismos méritos propios los quintos productores mundiales de nuestro eterno y bendito líquido.
Y así como un verso inmortal transportado, los vinos Argentinos van escribiendo poco a poco con dorada tinta su historia.
Conquistando los más prestigiosos galardones poco a poco en su firme paso encontrado.
Y escribiendo a la vez en un destacado pergamino, el futuro histórico que está también por llegar y quedará guardado por siempre en la excelencia.
Como os he dicho los vinos Argentinos son pura poesía, entrelazándose a la vez con la admiración y el consumo idílico con diferentes aspectos artísticos de nuestra universal y cultura.
Basta con ver y recordar, a un tal Julio Cortázar como disfrutaba y registraba a diario de su pasión por sus vinos.
Incluso en la lejana París, donde pasó los últimos años de su gloriosa existencia, este premio Nobel de literatura, siempre tubo un espacio en sus obras para nombrarlos para destacarlos.
Su poesía tenia un vínculo eterno entre la literatura y el vino de su de sus ancestros.
Recordándonos asi que la belleza y la inspiración, pueden y de hecho se funden a menudo en una sola melodía mientras se degusta la mejor Malbec ( O vino negro) del mundo.
Que con su diversidad geográfica y su bien ganado renombre.
Sigan los vinos Argentinos a diario conquistando nuestros corazones.
Y mientras Argentina siga regalandonos tal emoción tal visión a caballo entre el modernismo y lo tradicional.
Serán siempre un regalo divino, que nos recordará que la vida, al igual que el vino, es un viaje para saborear hasta el último suspiro.
Ni más, ni por supuesto muchísimo menos.
Frank Deveraux
Enógrafo, sumiller, enófilo, pero ante todo, amante del vino, siempre aprendiendo. Disfrutando de cualquier vino en un momento especial.