Crisis en el vino en Francia: «100.000 hectáreas de viñedos sobrantes»
Crisis en el vino en Francia: «100.000 hectáreas de viñedos sobrantes», según indica Bernard Farges, presidente del Comité Nacional de Interprofessiones de Vinos de denominación de origen y indicación geográfica (Cniv), en una entrevista en la revista francesa «Vitisphere».
Pues ni os contamos las que sobran entonces aquí.
Indica que en Francia existe un sobrante de viñedos equivalente a toda la superficie vinícola de Alemania.
Por ese motivo ha solicitado a los políticos a garantizar que los viticultores reciban ayudas estatales tras el arranque de los viñedos de entre 2.000 y 2.500 euros por hectárea. Y es algo que no llegamos a entender. Si un sector no es rentable, se cierra y punto, no hay porque rescatarlo con dinero público.
Si los políticos y sus políticas han influido de manera clara en la reducción del consumo de vino en todo el mundo, ¿por qué tenemos ahora que subvencionar que se arranquen viñas con dinero público?. Si nos fijamos, igual que se rescató a la banca en la crisis de 2008, se llevan dos décadas rescatando al sector del vino con dinero público.
Si estamos en «libre mercado» y en «libre competencia» y el vino no es rentable, pues la oferta se tendrá que reajustar a la demanda, y si hay que cerrar bodegas, pues habrá que cerrarlas, pero no hay que aguantar con todas abiertas o que arranquen viñas a base de subvencionar con dinero público. No entendemos esta forma de proceder.
Si el restaurante de la esquina no tiene clientes y se ve abocado a cerrar, no entendería nadie que se le diese dinero público para que se mantuviera abierto. Si una empresa no es rentable, pues que cierre, pero no se la puede estar manteniendo «con oxígeno» viva de forma artificial con cargo a las arcas públicas.
Señores del vino, me gustaría que hiciesen públicas las ayudas que las CCAA españolas están concediendo en este último mes y medio a las bodegas para que maquillen las cifras de ventas del año con cargo al dinero público de los presupuestos autonómicos. Seguro que a más de un ciudadano de a pie se le quitaban las ganas de beber vino.
Sobrelías Redacción
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