Paseamos por las uvas autóctonas italianas, el país con mayor número de varietales diferentes del mundo
Si hablamos de Italia, no solo es que hablemos del mayor productor en volumen de vino del mundo, sino que hay que añadir el hecho de que las uvas autóctonas italianas diferentes que nos podemos encontrar, sitúan a este país como el que posee mayor número de uvas vinificables diferentes, pasando de las 500 reconocidas oficialmente. Es más, un ejemplo es que las uvas autóctonas italianas son más que las que nos encontramos de forma conjunta en los tres países que le siguen en el ranking, o sea, que las que hay en Francia, España y Grecia juntas.
En porcentajes, hablamos que alrededor del 28% de las uvas para vinificación del mundo son italianas, y aunque muchas de estas variedades son de pequeña producción, casi todas ellas permiten la elaboración de un número de botellas que permite su comercialización.
Si añadimos que las varietales autóctonas suelen ser aquellas que muestran más apego y reflejan mejor la tipicidad de un terruño determinado, de sus suelos, de su viticultura, de la tradición de la tierra y de sus gentes, alejándose de las varietales internacionalmente conocidas con las que se elaboran de la misma forma vinos en cualquier lugar del mundo, hace sin duda que en cualquier punto de la geografía italiana podamos encontrarnos auténticos vinos joyas que son realmente enormes descubrimientos cuando caen en nuestras copas y que resultan difíciles de encontrar.
Recuperación reciente
En muchas ocasiones nos encontramos con varietales casi extintas o de muy reducida producción que en las últimas dos décadas han experimentado un crecimiento en su cultivo porque siempre hay enólogos inquietos que se quieren alejar de los tradicionales vinos, similares en casi todo el mundo, para buscar aquellos vinos que reflejen al máximo la tipicidad de una uva y de un territorio Bellone, Grignolino, Carricante, Nascetta, Nerello Mascalese, Pecorino o Timorasso son solamente algunas de las uvas que han experimentado un alza en su cultivo y, por lo tanto, en la elaboración de vinos dentro de las uvas autóctonas italianas en los últimos años.
Otras muchas uvas nobles en Italia han desparecido, porque en sus cultivos (resistencia a las enfermedades por ejemplo) y en los rendimientos que daban no permitían la elaboración de vino en cantidades comercialmente rentables.
También ha influido en la cultura de las uvas autóctonas el hecho de que mucha gente consideraba que eran solo aptas para elaborar vinos a granel, de baja calidad y que solían gustar solamente a los residentes en la zona donde su cultivaban. Pero el incremento y recuperación que os comentábamos anteriormente, ha hecho que vinos Barbera, Montepulciano, Nerello Cappuccio, Monica, Nasco y Perricone incrementen su presencia en este país y en el extranjero, con estilos propios. Hoy en día, hay más de 60 vinos Pecorino, más de 30 vinos Timorasso y aproximadamente la misma cantidad de vinos Nascetta. Las variedades de uva que la gente nunca imaginó que fueran capaces de dar vinos dignos de guarda.
Ha llegado el punto en el cual las uvas de vino nativas italianas son ahora tan populares que muchas son consideradas como internacionales, lo que lleva a que los vinos elaborados con uvas autóctonas italianas están comenzando a tener precios cada vez más altos, lo que indica el mayor interés de los consumidores. El área global de viñedos dedicada a los gustos de Barbera, Fiano y Montepulciano todavía está muy rezagada, pero está aumentando de manera constante, desde Australia hasta Chile y California.
Todos los días, muchos vinos nuevos elaborados con uvas autóctonas llegan a los estantes de las tiendas, las listas de vinos y las bodegas de coleccionistas de todo el mundo. Claramente, todos estos vinos difieren, dada la enorme diversidad en el terruño, pero la mayoría son al menos interesantes y, en el mejor de los casos, excelentes y emocionantes.
Uvas autóctonas italianas
Bellone, también conocida como Cacchione, se ha convertido en una de las variedades blancas más populares del Lazio, antes empleada en coupage pero cada día más elabora vinos monovarietales. Vinos de tonos pajizo-dorado, muy fragantes, aromas a pomelo, melocotón y frutos secos, ricos en boca, bastante frescos y con un final sabroso con un toque almendrado.
Grignolino uva tinta común en el Piamonte, que se encuentra en dos Denominaziones di Origine Controllatas (DOC), la de Asti y la de Monferrato Casale. Vinos de poca intensidad cromática, así como rosados, con muchos aromas a frutas, taninos y una importante acidez.
Carricante es una uva blanca autóctona de Sicilia, principal en la DOC Etna. Uva que da su cepa una maduración tardía. Vinos de color amarillo pajizo oscuro. De nariz elegante, aromas suaves a perfumes de flor de azahar y de fruta blanca, manzana, cítricos, anís. Acidez punzante en boca de gran intensidad, toque inconfundible volcánico.
Nascetta uva blanca autóctona de las Langhe. Presente desde el siglo XIX, ha sido recuperada recientemente del abandono al que había sido sometida al consolidarse la zona como una región de tintos. Vinos de color amarillo pajizo profundo y unos reflejos verdosos. Nariz cítrica, con notas de pomelo y melocotón blanco, flores blancas, miel de acacia y tomillo. Frescos en boca, son persistentes con toque sápido y a frutos secos.
Nerello Mascalese la uva tinta más abundante en la zona del Etna (Sicilia). Uva autóctona del volcán, es considerada entre las mejores variedades del mundo por ofrecer unos vinos tremendamente elegantes. Bonito color rubí con tendencia al granate, capa media-baja, Nariz delicada, frutos rojos y fondo especiado. En boca presentan acidez marcada, taninos elegantes y una destacada mineralidad,
Pecorino uva blanca italiana que crece en las regiones de Las Marcas, los Abruzos, Liguria, la Toscana, Umbría y el Lazio. Una uva de maduración temprana que tiende a producir bajos rendimientos. La palabra pecorino hace referencia a un queso italiano especiado y las notas a especias son una característica del vino espumoso de esta variedad de uva. Recuperada hace pocos años, sus vinos son de los blancos más expresivos de Italia. Gran estructura, aromas intensos y complejos, notas afrutadas y flores amarillas con un fondo mineral, yodado y de hierbas aromáticas. Boca con una acidez punzante mientras son jóvenes, son vinos con una gran sapidez mineral y una persistencia muy marcada, ideales para el envejecimiento.
Timorasso otra uva blanca principalmente ubicada en la región vinícola de Piamonte. De recuperación a finales de los 90 del siglo pasado. Vinos aromáticos con buen potencial de envejecimiento, así como la especialidad de aguardiente de orujo de grappa. Marcada mineralidad con aromas de resina, hidrocarburo y pedernal. Los vinos jóvenes, pueden resultar amargosos, vegetales y nerviosos, pero con el tiempo terminan siendo muy completos en boca, estructurados, tersos, verticales, con una acidez persistente y un final almendrado de gran elegancia.