Casa Madero, historia del Vino en México
Casa Madero es la productora de vino más antigua de México, lo que la hace ser la vinícola más antigua de América, y a pesar de muchos problemas y obstáculos, nunca ha dejado de funcionar.
Hacia 1580, un grupo de españoles, entre los cuales se encontraba Don Lorenzo García, se dirigió al norte del país en busca de minas de oro. La travesía era dura por lo inhóspito del territorio y las condiciones precarias de la caravana. Un buen día, cuando cruzaban el terrible desierto que está entre Zacatecas y Coahuila, llegaron a un paraje en una sierra que enmarcaba un valle muy agradable en donde encontraron manantiales de agua, así como vides silvestres. Siendo personas que consideraban el vino como artículo casi de primera necesidad, decidieron fundar la Misión de Santa María de las Parras, que santificó el padre jesuita que los acompañaba, Don Agustín de Espinareda.
Don Lorenzo García se quedó en ese lugar. Los indios de la región al parecer lo aceptaron y lo dejaron tranquilo, pues los años anteriores habían transcurrido en medio de fuertes ataques que muchas veces habían obligado a otros pobladores a abandonar la zona. Entonces trajo sarmientos de Europa y empezó a hacer vino para consumo propio, para la celebración de la misa y para vender, convirtiéndose en el primer productor de vino con fines comerciales en las Américas. Unos años después, García solicitó al Rey de España una Merced, que era la manera en que, una vez que habían «sentado sus reales» los colonizadores eran dotados legalmente de tierras. Entonces, el 18 de agosto de 1597, llegó el escribano real y Lorenzo García tomó posesión legítima de la Hacienda de San Lorenzo y de las tierras que había venido trabajando por mucho tiempo. La Merced determinaba la dotación al propietario para que se dedicara al cultivo de la vid, la producción de vino y de brandy.
Finalmente, los descendientes de la familia García vendieron San Lorenzo. En 1833, Evaristo Madero entra en posesión de la propiedad, misma que sus descendientes han conservado hasta ahora. Hoy, José Milmo, nieto de Bárbara Madero, hija de Evaristo, es dueño de este increíble legado histórico que se mantiene como una de las casas productoras de vino más importantes del país.
En el año de 1959, José Milmo, se fue a Europa donde estudió enología en la Universidad de Montpellier. En 1961, estaba en Parras de regreso para cumplir los dos años que había prometido trabajar para la casa a cambio de su estancia en Europa.
Pocos años después, compró la totalidad de la compañía, convirtiéndose en el único dueño. Lo primero que hizo fue empezar a cambiar la imagen y convertirla de ser una empresa productora de brandy a productora de vino, arte por el cual ya tenía un interés fuertemente arraigado en su persona, pero que se fortaleció en el trabajo en la bodega. Hoy en día, Casa Madero produce un 60% de vinos y un 40% de brandy. Como su idea era hacer el mejor vino posible, se encargó de rodearse de expertos de todo el mundo.
Cuando Milmo trabajaba en Casa Madero en los años sesenta, se tomó la decisión de replantar los viñedos con variedades europeas. Cada año se replantaron 40 hectáreas con sarmientos injertados de variedades europeas y locales que resultan en una planta muy fuerte inmune al virus de la filoxera. Para 2003, Casa Madero tendrá todos sus viñedos replantados y, como en todo, el reto que eso supuso, le ofrece ahora una ventaja poderosa, porque a lo largo del proceso, pudieron identificar e ir seleccionando las variedades que mejor se adaptan al clima, produciendo mejor uva. También, aprovecharon los avances de investigaciones alemanas sobre genética vitícola, de manera que ahora cuentan con parras que ofrecen los mejores aromas y sabores de cada variedad, lo cual resulta en mucho mejores vinos.
José Milmo está satisfecho con lo que Casa Madero ha logrado. Su éxito es tal, que sus exportaciones hoy se destinan a más de 27 países. Con una planta renovada y fortalecida en sus viñedos, está listo para inundar el mercado y mostrar a los mexicanos, ya no tanto a los escandinavos, a los ingleses o a los nórdicos, lo que Casa Madero es capaz de hacer.
Enoturismo en Casa Madero
Recorrido por Viñedo: Se recorren las 400 hectáreas de nuestros viñedos, realizando tres paradas principales. La primera será para apreciar el viñedo Santa Bárbara desde un mirador, siguiendo con una parada en el lote donde se cultiva nuestra uva emblemática Shiraz, y finalizaremos el recorrido en La Encantada, con una vista panorámica espectacular del viñedo, ideal para capturar momentos fotográficos inolvidables. Duración aproximada: 1 hora.
Recorrido por Bodega: Visitar el interior de la bodega más antigua de América, donde se ve plasmada la fundación de Casa Madero, el proceso de producción del vino, y la elaboración de los destilados. Recorreremos el área más antigua que cuenta con las barricas que se utilizaban hace más de 50 años y las prensas que datan desde 1808. Duración aproximada: 45 minutos.
Cata: Con la guía de un Sommelier de Casa Madero cataremos 3 de nuestros vinos: Un vino tinto de nuestra colección Gran Reserva, un vino tinto de la colección de Varietales y un vino blanco o rosado Casa Madero. Duración aproximada: 30 minutos

Sobrelías Redacción
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