Concentraciones de extractos de vinos tinto y blanco podrían prevenir enfermedades crónicas de la piel, según FIVIN
La industria del vino no es un rubro hermético y conservador. A lo largo de los años, todos los agentes de este mercado han apostado por nuevas estrategias para posicionar sus marcas y no estancarse en un mismo ámbito. Por ejemplo, según portavoces de Million Dollar Vegan-México, la industria vitivinícola viene desarrollando productos para distintos públicos, como los vinos veganos que se derivan de la ‘clarificación’ del vino tradicional.
En el área de la medicina cosmética, el sector vitivinícola tampoco se ha quedado atrás. La Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) ha dado a conocer una serie de estudios que demuestran las propiedades beneficiosas que posee el vino para la salud humana. Una de las más llamativas es la realizada por la Universidad de Sassari y el Instituto Nacional de Bioestructuras y Biosistemas de Bolonia, ambas entidades italianas.
Según dichas indagaciones, diferentes concentraciones de extractos de vinos tinto y blanco pueden reducir la senescencia celular provocada por el estrés oxidativo. Esto contribuye a prevenir enfermedades crónicas de la piel.
Actualmente, se conoce que el vino tiene aportes efectivos para el cuidado del rostro, gracias a varios de sus componentes como la vitamina C y sus polifenoles. Productos como cremas regeneradoras incluyen al vino por su vitamina C, mientras que los exfoliantes de polifenoles reactivan la circulación y desintoxican la epidermis. Gracias a los estudios de la Universidad de Sassari y el Instituto Nacional de Bioestructuras y Biosistemas de Bolonia, ahora también se sabe que el vino puede contrarrestar la aparición de enfermedades crónicas de la piel.
Los especialistas de estas instituciones han demostrado que los medicamentos, los cosméticos u otros productos estéticos que se basen en las virtudes de la uva, pueden beneficiar la salud cutánea de las personas.
De modo ilustrativo, los portavoces del estudio han resaltado lo que ellos consideran como los tres elementos básicos del vino para el cuidado epidérmico: los ya mencionados polifenoles (uno de los antioxidantes vegetales más potentes), el resveratrol (usado en medicina para combatir el colesterol y los coágulos sanguíneos) y la viniferina de savia de vid (una eficaz molécula antimanchas natural).
Dentro de esta misma línea de investigación, expertos del Suntory Global Innovation Center de Japón han venido ahondando en las proantocianidinas oligoméricas (OPC) del vino tinto para su uso en cosmética. En los ensayos realizados por dicha entidad, se comprobó que hubo una ‘limpieza’ e hidratación en las pieles de las personas que participaron en las pruebas.