Los vinos georgianos, unas joyas por conocer

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Los vinos georgianos

Los vinos georgianos, unas joyas por conocer

‘Joyitas’ enológicas, únicas, singulares y desconocidas

Los vinos georgianos son las pequeñas y únicas, pero poco conocidas, singulares maravillas enológicas en el mismísimo centro del Cáucaso.

Son unos de los grandes desconocidos y, a la vez, unas de las grandes y maravillosas ‘joyitas enológicas’ como reza el título que servidor para este artículo ha elegido.

Tierras georgianas olvidadas, no solo sus vinos.

Para empezar y como anécdota indicaros que es considerada una zona o uno de los primeros territorios conquistados y asentados naturalmente, donde se implantó, cuidó y mimó la Vitis Vinifera, o sea, la planta que a día de hoy conocemos como vid, y de cuyos frutos, después de un proceso de fermentación, obtenemos ese preciado líquido alcohólico que tanto amamos llamado vino.

Hablar de los vinos Georgianos es francamente sencillo. Y siendo para nada una bravuconada (muy al contrario), es relativamente simple, pues todo ello se resume en una palabra ESENCIA.

Esencia en cuanto a territorio, esencia en cuanto a tradición vitivinícola, esencia en cuanto a los diferentes y variados tipos de suelo que tan pequeño país posee, esencia en cuanto a la gran cantidad y variedad de sus vinos, esencia en cuanto a variedades múltiples tanto tintas como blancas, esencia en cuanto a levaduras naturales ancestrales, esencia en cuanto a conocimiento enológico viticultor nativo y bodeguero desde hace más de 8000 años, esencia en cuanto a su particular y único modo de transformación de la vid de la uva en vino.

Los vinos georgianos

Esencia

Esencia en cuanto a la famosa Qvebri de arcilla, grandes ánforas semi o totalmente enterradas en el suelo, con la intención de que durante la fermentación y guarda, se pueda conseguir una temperatura natural constante.

Esencia en cuanto a procesos de transformación y fermentación ancestrales, casi familiares y secretos, los cuales son transmitidos de padres a hijos durante siglos cual preciado tesoro.

Todo ello en un conjunto que tiene el reconocimiento por la UNESCO como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad.

Como veis, hablar de los vinos Georgianos es francamente sencillo. Servidor os invita a que lo acompañéis en viaje a través de esta magnífica, peculiar y maravillosas región. Os prometo, dentro de mis posibilidades, que vamos a descubrir un maravilloso tesoro.

Vamos a descubrir la descubrir la singularidad única de estos vinos que los hacen tan especiales y únicos así como desconocidos. ¿Me acompañais?

Geografía en los vinos georgianos

En esa encrucijada ya descrita entre Europa del este y Asia Occidental, en esa tierra de antiguas tradiciones que se remontan a milenios, yacen unos tesoros líquidos escondidos que apenas a explorado el paladar occidental.

Estoy hablando de los vinos Georgianos, verdaderas joyas líquidas que despiertan nuestros sentidos y nos transportan a un mundo donde el tiempo se rinde ante la magia del terruño y la maestría ancestral.

En Georgia, la vid se entrelaza con la historia, la cultura y el alma de su gente.

Allí el vino es mucho más que una simple bebida: es una expresión de hospitalidad, de amistad y celebración. Los viñedos se extienden como un manto verde entre las fértiles tierras de Kakheti, Imeriti, Martí y otras regiones bendecidas por la madre naturaleza.

En esta tierra se cultivan variedades de uvas autóctonas, guardianas de una herencia vinícola única y cautivadora.

La majestuosa Seperavi, con su piel que esconde la elegancia en cada racimo. La noble Rkatsiteli, con su pulcritud aromática y una frescura cautivadora, acaricia sin duda el más fino de los paladares. Y como olvidar la encantadora Kakhuri Mtsvane, cuyos matices florales y cítricos os van a envolver en un abrazo aromático que no vais a fácilmente olvidar.

Los vinos georgianos

Ya os hablé de la Quebri, la misma donde encuentran los vinos naranja su origen.

Puedo parecer un poco exagerado, pero os prometo que en absoluto lo soy, cuando digo que los vinos Georgianos no dejan de ser un estilo mágico, que desafía las convicciones y abre nuevas puertas al deleite sensorial.

Al sumergirse en un vino georgiano uno se encuentra con un arcoíris de sabores y una sinfonía de texturas a cada sorbo sin igual, revelando todos ellos, desde el primero hasta el último, una historia en si mismo.

Antiguos misteriosos frescos y vibrantes a la vez, todos ellos (sobre todo los blancos) con su acidez bien equilibrada.

Despiertan los sentidos, y nos hacen anhelar sentados con una buena copa de vino, volver a ver el sol lentamente apareciendo a lo lejos y empezar a cubrir a bañar con sus tibios primeros rayos los viñedos.

Frank Deveraux

Enógrafo, sumiller, enófilo, pero ante todo, amante del vino, siempre aprendiendo. Disfrutando de cualquier vino en un momento especial.

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