Ucedo 2011 vs Ucedo 2018, la Mencía con crianza de la mano de Bodegas y Viñedos Gancedo
Ucedo 2011 vs Ucedo 2018, es una cata comparativa que os acercamos hoy que nos ha parecido sumamente interesante ya que hablamos de dos vinos que se han elaborado con las uvas Mencía de la misma viña, lógicamente en añadas diferentes, con ligeras diferencias en su crianza, pero que ambos vinos son estupendos ejemplos de como esta varietal permite elaborar vinos de larga guarda, buena estructura, conservando la esencia tan típica de esta uva. Vinos que elabora Bodegas y Viñedos Gancedo y que muestran una perfecta combinación de elegancia y estructura por un lado y la frescura y la presencia de fruta por otro.
Ucedo 2011 vs Ucedo 2018
Ambos vinos son elaborados por Mencía (monovarietales) de viñas de entre 80 y 100 años de edad, de una parcela de 9.000 metros con orientación Oeste-Suroeste con el nombre del vino, Ucedo, de suelos muy pobres y ferrosos. La antigüedad de las viñas y las peculiaridades del suelo permiten muy bien a ambos vinos mostrar en su cata la tipicidad del terruño berciano.
Ambos vinos son elaborados por Bodegas y Viñedos Gancedo con 12 meses de crianza en barricas pero, mientras que el 2011 es un vino que pasó unos 5 años en botella a oscuras en la bodega con movimientos semestrales para que se afinase, la añada 2018 se elabora, embotella y reposa solamente unos meses antes de llegar al mercado. Dos vinos para amantes del vino que tengan perfiles diferentes pero que busquen disfrutar de la elegancia y frescura de la Mencía con crianza.
Ucedo 2011
Un vino con una crianza conjunta larga, entendiendo la fase de barrica y la fase posterior de botella. Os encantará para aquellos que sois amantes de los vinos de gran estructura, potencia pero que conserven a la vez mucha presencia de fruta. De hecho, difícilmente en cata a ciegas podrías decir que es un vino del 2011 con la frescura que presenta.
En vista presenta un color cereza picota muy intenso, de capa alta, muy cubierta. Reflejos entre rubís y toques púrpura que indican evolución.
Nariz compleja, intensidad bastante alta, con clara presencia de fruta desde su inicio, fruta madura, más negra que roja. Especias de la crianza, toques de regaliz, ligeros tostados, muy sutilmente conjuntados a la fruta, chocolate, cacao, ahumados. Una mineralidad de fondo genial
Vino de entrada en boca potente, ligeramente tánico con dulzor, con una muy buena acidez, lógico que esté en boca vibrante, fresco y afrutado aun siendo un 2011. Fruta confitada. Muy bien equilibrado, aparece a madera de forma elegante. Paso de buen volumen, goloso, sabroso, carnoso, con muy buena persistencia y final bastante largo. Toque pizarroso.
Ucedo 2018
Mismas uvas que el vino anterior pero, como diferencia principal, que no ha pasado tanto tiempo en botella hasta que se lanza al mercado.
Una cata diferente a la añada del 2011, no solo porque hablamos de vendimias con 7 años de diferencia, sino también porque ha estado menos plazo afinándose en botella. Eso sí, conserva la personalidad de la uva Mencía de viña vieja, con mucho carácter y personalidad, con un toque de elegancia que, al igual que la añada del ’11, conserva muy bien la frescura y sería difícil identificar en cata a ciegas como una Mencía típica.
Color entre granate y cereza picota, algo menos intenso que la añada del ’11, con ciertos reflejos cardenalíceos y rubí en movimiento de copa. Capa bastante alta, muy brillante y limpio en copa parada.
En nariz, intensidad media, fruta presente, pero en menos proporción de la añada del ’11. Aquí si que aparece al mismo nivel tanto la fruta roja (cerezas) como la fruta negra (arándanos, moras, ciruelas). Tras airear la copa, llegan aromas florales y aportes de la barrica, especias dulces, cacao, ligeros tostados, madera. Toque mineral de fondo como su hermano mayor.
El ataque es fresco, que anticipa un paso sabroso, bastante equilibrado, con algo menos de fruta que el ’11, aunque aparecen toques de mermelada de ciruelas. Cremoso por la crianza, paso con bastante viveza por la buena acidez, volumen medio, buena persistencia, cuerpo medio y final medio.
Dos vinos monovarietales Mencía, de viñas viejas (centenarias), con mismo plazo en barricas, con diferentes plazos de afinamiento en botella, además de que hay 7 años de diferencia entre ellos y con climatología diferente en ambos años. Semejantes y a la vez diferentes, para perfiles de amantes de los tintos con crianza diferentes. Ambos están al nivel de calificación de Excelente, pero no nos decantamos por ninguno de los dos en concreto ya que ambos dejan catas espectaculares pero que dependerá del gusto del bebedor y su estilo para que se decante por uno o por otro.
José Luis del Campo
José Luis del Campo. Sumiller. Asesor online de bodegas. CEO en Socialmedia Network.