Prosecco Follador y sus 255 años de historia
Prosecco Follador es, con mucha probabilidad, el espumoso italiano más afamado fuera de sus fronteras. Y uno de los motivos principales es que estamos ante un prosecco que tiene detrás la friolera de 255 años de historia.
Prosecco Follador inicia su historia, como indica el portal firstoline.info, al año 1769 cuando el Dux Alvise IV de la familia Mocenigo, dio reconocimiento a la extraordinaria calidad de los vinos elaborados por Giovanni Follador. Desde esa fecha son ya 9 las generaciones familiares que han dedicado sus esfuerzos a conservar la elaboración tradicional de este prosecco, admirado en todo el mundo.
Un método propio: el Método Gianfranco Follador TM
Bajo la dirección de Gianfranco Follador, uno de los descendientes y pioneros más ilustres del Spumante di Valdobbiadene, el Método Gianfranco Follador, es una técnica de elaboración que aúna tradición e innovación y que contribuye a dar estructura, complejidad y personalidad a cada botella de Follador Prosecco.
Primero hay que tener en cuenta que solo se emplean uvas de las colinas de Conegliano Valdobbiadene, una zona reconocida por la producción de Prosecco de alta calidad y que no en vano se ubica en un territorio considerado como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO (desde 2019).
Esta selección de uvas permite que este vino sea realmente un perfecto reflejo del terroir de esta zona vinícola, única, completamente diferente, donde nos encontramos con un perfecto equilibrio entre un clima templado y una particular composición mineral del suelo del terroir, que dan lugar a unos proseccos distintos de los de otras zonas de Italia, caracterizándose por su elegancia, su frescura y, a la vez, por su complejidad.
La varietal Glera, la predominante en la elaboración de los proseccos, como aun os comentamos hace poco en este magazine es la protagonista de esta bodega y su trabajo.
Y su método único llega de la mano de Gianfranco Follador que hizo que fuera la primera bodega de Valdobbiadene que experimentó con el sistema Krios, que consiste en utilizar equipos para transportar la uva nada más salir de la estrujadora. Dentro de la máquina la temperatura se reduce drásticamente, lo que a su vez reduce el efecto oxidante del oxígeno.
El posterior paso por criomaceración permite resaltar las múltiples propiedades organolépticas de los hollejos, haciendo que el vino sea más estructurado, fresco y lleno de personalidad.
Las “burbujas” ocurren dentro de autoclaves según el método Charmat donde la adición de levaduras seleccionadas inicia el proceso de espumado. Tiene una duración mínima de 20 días para los vinos de aguja y hasta un máximo de 30 días para los vinos espumosos. Es la fase de afinado que lleva más tiempo – hasta 6 meses (Long Charmat) – la que confiere al producto un perlaje mucho más fino y persistente. Esto aporta mayor elegancia y un bouquet y sabor superiores.
Sobrelías Redacción
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