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Foto: winenews.it Consumo moderado de vino y salud
Nuevo estudio presenta los beneficios en las enfermedades cardiovasculares el consumo moderado de vino
Un estudio publicado en “Nature Communications”, realizado por investigadores de Global Burden of Disease. Giacosa (Irvas) y en el que también concluyen que presenta beneficios para la salud cognitiva.
Además de la parte cutlural del consumo de vino en el área mediterránea, siempre está en el centro de un debate con estudios epidemiológicos que han puesto de relieve, desde hace algún tiempo, cómo el consumo moderado de vino, a lo largo de una edad adulta vida y en combinación con estilos de vida correctos, no sólo no es perjudicial, sino que puede contribuir a la longevidad contribuyendo a la prevención de las enfermedades cardiovasculares, en particular la cardiopatía isquémica (CI).
Pues este nuevo estudio realizado busca la vinculación entre consumo de alcohol y enfermedades cardiovasculares, ofreciendo una reevaluación integral de los datos existentes y utilizando técnicas metaanalíticas innovadoras para aclarar los efectos del alcohol en la salud del corazón.
La cantidad de datos analizados por los autores es particularmente significativa: de hecho, se realizó una revisión sistemática de datos de 122 estudios observacionales publicados entre 1970 y 2021. Gracias a esta comparación, los autores confirmaron que el consumo moderado de alcohol está inversamente asociado con el riesgo de la CI, encontrando una relación en forma de “J” en la que el consumo bajo a moderado de alcohol (hasta aproximadamente 50 g/día) se asocia con un menor riesgo de morbilidad y mortalidad por cardiopatía isquémica (CI) y morbilidad por enfermedad miocárdica. infarto (IM).
Un resultado que ofrece una nueva perspectiva en el debate actual sobre el impacto del alcohol en la salud del corazón: los expertos coinciden, de hecho, en que el consumo moderado de vino, combinado con una dieta saludable y estilos de vida adecuados, puede tener efectos positivos sobre la salud de los ciudadanos, así como un impacto positivo en los costes sociales de la enfermedad, ya que quienes sobreviven a un infarto enferman crónicamente, con un importante coste económico para la sociedad.
Sobrelías Redacción
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