Instagram no tira: Los baby boomers se jubilan y los millennials no cogen el testigo en el consumo de vino

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Instagram no tira: Los baby boomers se jubilan y los millennials no cogen el testigo en el consumo de vino

Los baby boomers se jubilan y los millennials no cogen el testigo en el consumo de vino, una tendencia que se da a nivel mundial según el estudio “State of the US Wine Industry 2021” editado por Rob McMillan, fundador de Silicon Valley Bank Wine Division. Instagram no tira (Influencer del vino).

En el estudio se analizan las tendencias a nivel consumo de vino en USA para el presente año y a nivel internacional, entre las que destaca a nivel mundial e todos los países, la anterior afirmación: los millennials no consumen vino, consumen cerveza.

Los baby boomers se jubilan, crece el teletrabajo, se da cada vez más el servicio a domicilio, incluso la pandemia ha hecho que gente abandone las ciudades para vivir en pequeñas localidades.

Todos los factores que, junto a muchos otros, deben ser analizados detenidamente antes de decidir las líneas estratégicas en materia de ventas y marketing.

Hasta marzo del 2020 según los paneles de Nielsen, el consumo de alcohol (vino, cerveza, destilados,…) iba en aumento. Pero el confinamiento supuso un frenazo brutal en alguno de los mercados o líneas de bebidas, concretamente, en el consumo de vino.

Los millennials durante el confinamiento y han seguido en esa línea desde el año pasado, se han lanzado al consumo de cerveza y no de vino.

Hay que partir de modelos de consumo, que contrastan a dos generaciones muy distintas, los Millennials, que tienen el futuro en sus manos, y los Boomers, protagonistas del presente, pero en rápido declive. Así, mientras la edad media de los bebedores de vino siguió aumentando, el mundo del vino ha perdido reiteradamente la oportunidad de crecer entre los consumidores más jóvenes, que tienen valores diferentes, están más atentos a la salud, a los ingresos y a la menor riqueza e incluso raíces étnicas diferentes a las de generaciones anteriores.

Buscamos los por qué.

1º El tamaño de una cerveza para un consumo en casa es muy importante frente al tamaño de una botella de vino. Les resulta a los millennials más menajabel la cerveza que el vino. Almacenar las cervezas en casa es mucho más sencillo que almacenar una caja de botellas de vino y más con la tendencia a que los hogares sean más reducidos.

El tiempo que la cerveza puede estar en casa es superior al vino, sobre todo una vez abierto. En caso de que se vea obligado alguien a tirar a la basura, siempre es más económico desperdiciar una cerveza que una botella de vino.

3º Muchos millennials han percibido como ‘más sano’ o ‘menos perjudicial para su salud’ y ‘estilo de vida’ el consumo de cerveza frente al vino, ya que el % de alcohol es sustancialmente menor en la cerveza.

4º Alrededor del 20% de los Millennials consumen vino, pero muchos más, el 33%, compran artículos de lujo. El crecimiento de los Millennials en términos de participación de vino premium es mayor que el de cualquier otro segmento de edad. Es decir, si están dispuestos a consumir vino pero ya de una determinada calidad y precio, lo que hace que si se orienten hacia el vino que elaboran un número reducido de bodegas. Esto es lo contrario que los Boomers.

5º El buscar una herramienta errónea de marketing por parte de las bodegas: Instagram. Más que una herramienta errónea, sería adecuado hablar de un uso indebido de esta herramienta. Muchas bodegas, más en España que en otros países, corren detrás de cualquier cuenta de Instagram que tiene un determinado número de seguidores, a todas luces, de gente que no ha probado un vino en su vida, que ni lo muestra abierto y habla de la cata del vino. Solo quieren decir que mucha gente ha visto su vino. La publicidad barata, chabacana, como es la de los ‘influencers’ de Instagram, lo único que hace es ningunear el vino de una bodega.

De esto habla James Lawrence en la columna de la revista Wine Searcher ayer mismo, refiriéndose al influencer del vino como ‘UNA PLAGA‘, definiéndolos como ‘Authentic fakeness‘.

Textualmente:

Influencers, es decir, verdaderos influencers como Tim Atkin MW y Jancis Robinson MW, han impulsado sin descanso las virtudes del consumo del vino. Han hecho proselitismo de Riesling ad infinitum, por ejemplo, sin alardear de ello. ¿De verdad estamos sugiriendo que un grupo de narcisistas con egos de gran tamaño y cuentas de Instagram podrían esperar hacerlo mejor?

Me encantaría verlos intentarlo.

Podríamos indicar que todo en su conjunto hace que los millennials se alejen cada vez más del mundo del vino, pero lo que está claro es que, la mayor parte de la culpa de que no se enganchen al mundo del vino es de las propias bodegas.

Unas reflexiones para las bodegas españolas con respecto al influencer del vino

Si siguen cuentas de bodegas francesas, italianas, norteamericanas, argentinas,… y a los influencers del vino de esos países, ¿alguna ve que salgan los vinos en 30 cuentas de Instagram a la vez? NO.

¿Qué opinión les merece en el caso anterior que una bodega regale a ‘unas cuentas de Instagram’ 30 vinos? ¿A qué pensarían que están ninguneando su vino? Pues entonces, ¿para qué hacéis lo mismo? Solo hay una respuesta, prefieren la publicidad barata a cambio de ningunear sus vinos.

¿Os suena? (‘Influencer del vino’ pidiendo vino por mensaje privado en Instagram a una bodega)

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