Maridaje de vigilia: Bacalao al horno con cherrys y vino Garnacha Blanca
Que estemos en tiempos de maridaje de vigilia, con la Semana Santa encima, no quiere decir que no encontremos unos maridajes realmente espectaculares para estas fechas. Siguiendo la tradición gastronómica española, estamos en tiempos de ausencia de carne, a lo que debemos unir que son tiempos de platos de pescado, donde destaca sobre todo, el bacalao. Y nos hemos decantado por este Potaje de Bacalao al horno con cherrys y Garnacha Blanca.
Una receta sencilla, muy sabrosa, con muchos sabores y que sin duda cumple el requisito de la vigilia.
Lo primero es tener el bacalao bien desalado, eso que no se nos olvide.
Cogemos nuestra bandeja del horno que empaparemos con AOVE; cortamos el limón en rodajas, y lo ponemos en la bandeja; a continuación ponemos los cherrys; finalmente ponemos los lomos de bacalao que habremos impregnado también con una pizca de AOVE (por los dos lados), además de salpimentarlos.
En un mortero machacamos los ajos, picamos el laurel y ponemos también el tomillo.
Precalentamos el horno a 250º y cuando esté, bajamos la temperatura a 200º. Metemos la bandeja y tenemos dos opciones, la mezcla del mortero añadirla desde el princiipio o esperar a añadirla al dare la vuelta a los lomos, depende si os gusta más mezclar sabores. Horneamos unos 7 minuntos, retiramos la bandeja y damos la vuelta a los lomos, horneando otros 5 minutos, para que ambos lados cjan sabor.
Esta receta de maridaje de vigilia es realmente espectacular, donde se merece un acompañamiento en vino de altura, que ayude a potenciar los sabores del plato, que siendo una receta realmente ligera, está llena de sabores potentes y que a la vez le de un punto de frescura al plato. Por ese motivo nos decantamos en esta ocasión por un vino elaborado con Garnacha Blanca.
Maridaje de vino Garnacha Blanca
Hemos elegido un vino para este maridaje elaborado con Garnacha Blanca, concretamente el SOMMOS Colección Garnacha Blanca, elaborado por Bodega SOMMOS al amparo de la DOP Somontano.
Dos son los motivos principales para su elección.
En primer lugar está el que tenemos que buscar un toque de frescura que ayude a compensar los potentes sabores de un potaje, además de que ayude a limpiar el paladar después de cada bocado. Esto lo hace perfectamente este vino.
Pero en segundo lugar, debe ser un vino de cuerpo, ya que no estamos acompañando a un plato ligero, aunque sea una receta de vigilia, sino que estamos ante un plato «contundente». Y este vino, por su elaboración, en la que nos encontramos con una crianza de 8 meses sobre lías en barricas de roble francés de segundo año, le permite tener un toque voluminoso, sabroso, de cuerpo,…, en la boca sin que pierda en ningún momento la frescura y sin que la madera enmascare la presencia fresca de la fruta.
Un vino con un color amarillo pálido en copa parada, limpio, brillante, con reflejos translúcidos; una nariz fresca, afrutada, con toques florales suaves y fondos de bollería y tostados procedentes de la barrica; y una boca a la vez fresca, afrutaca, con muy marcada acidez que ayuda a contrarrestar la potencia de la receta en el paso por el paladar.
Una combinación perfecta.
Sobrelías Redacción
Sobrelías Redacción