La Furgoneta que Miraba al Órbigo
Buenos días lectores, hoy vamos a descubrir un pequeño proyecto anclado al norte de la provincia de León, que se dedica a hacer productos muy extremos para amantes de los vinos singulares.
El proyecto no es otro que “La Furgoneta que Miraba al Órbigo”, y de boca de su creador: «Lo que pretendíamos con este vino era divertirnos y disfrutar, queremos transmitir la zona y sus variedades».
El proyecto nace con la intención de recuperar viñas abandonadas y descubrir el estilo propio de la variedad Mencía en esta zona concreta de elaboración, que resulta algo diferente al estilo del Bierzo, Ribeira Sacra o Portugal. Las características o peculiaridades que aporta lo extremo de la zona, se traducen en vinos muy frescos, rústicos y con mucha personalidad.
En estos momentos gestionan 1.5 hectáreas de viñedo, repartido en los siguientes pueblos: Santibañez de Valdeiglesias, Villares de Órbigo, Moral de Órbigo, Gavilanes, Palazuelo y Turcia. Gran parte de estos pueblos tienen el aliciente además, de ser ruta del Camino de Santiago.
Las edades oficiales del viñedo en la mayoría de los casos datan de 1945, pero hay constancia de que es meramente la fecha de inscripción y que la realidad puede llegar a ser de 1915, por lo que es probable que sean viñas que superen el siglo de vida.
La zona es bastante extrema en términos de climatología, se encuentra entre 825 y 850 metros de altitud, cuenta con riesgo alto de heladas en Mayo e incluso Junio, y la pluviometría es escasa desde Primavera hasta Otoño (+/-400mm). Los suelos son Franco Arenosos y contienen algo de arcilla, en algunos viñedos se encuentra bastante canto rodado en superficie.
Pero… ¿Y esto en que se traduce? ¡Vamos a conocer los vinos!
La Furgoneta que Miraba al Órbigo Clarete
(Mencía, Doña Blanca y Palomino)
Un sorprendente clarete donde se conjugan a la perfección las notas a frutilla y flores con notas de fruta blanca y cítrica. Pese a no ser del año, guarda una potencia y frescura muy sorprendentes que hacen al vino muy disfrutón y gastronómico.
La Furgoneta que Miraba al Órbigo Tinto
(Mencía, Garnacha Tintorera, Doña Blanca y Palomino)
Beber este vino es una experiencia en sí misma, pese a la predominancia de las notas de la Mencía, la Garnacha Tintorera muestra recuerdos en forma de gominola. La madera está muy bien elegida y aporta notas avainilladas, dejando a los aromas varietales expresarse bien. Tiene un paso por boca fresco y el tanino está domado. Es el vino que elegiría para llevar a la comida donde conociera a mis suegros.
Jaime Salinas Loaisa
Técnico en laboratorio y producción vinícola.
En mis ratos libres ejerzo de sumiller.
Fanático de la gastronomía y la enología.
En constante aprendizaje.